Adaptarnos a la nueva normalidad se ha convertido en un nuevo desafío para las organizaciones y las personas. La experiencia de la PANDEMIA COVID 19 nos ha dejado muchos desafíos y debemos estar dispuestos para poder adaptarnos, uno de esos desafíos ha sido volver a reenfocarnos en la importancia del bienestar de la salud física y mental.
Cada organización está retomando el curso de sus actividades, algunos manteniendo el sistema del teletrabajo o del trabajo remoto, algunas posiciones han tenido que cambiar para poder seguir siendo competitivos, nos mantenemos en constantes cambios y no hay tiempo para detenerse; sin embargo, esta situación ha conllevado a que no exista una línea claramente definida de división entre el trabajo y el ámbito familiar y también ha generado mayores agentes estresantes.
Es necesario proveer las condiciones necesarias para lograr el bienestar personal y familiar; así como lograr el balance óptimo. Trabajar arduamente para crear empresas saludables se hace necesario.
Por ello, es valioso trabajar en programas que permitan mantener un adecuado bienestar emocional y que puedan contribuir en el fortalecimiento de las habilidades blandas y que repercuta en la efectividad del desempeño.
Una herramienta importante que ha tenido mucha acogida en los últimos tiempos es el Mindfulness o atención plena, la cual se ha definido en occidente como la habilidad de “prestar atención de una manera determinada: de forma deliberada, en el momento presente y sin juzgar. En esta línea, proponen un modelo de dos componentes que se caracteriza por:
- La autorregulación de la atención de forma que se mantenga en la experiencia del momento presente.
- La orientación deliberada de la atención hacia la propia experiencia con una actitud de curiosidad, apertura y aceptación de las sensaciones corporales, los pensamientos y las emociones.
Aprender a parar lo que se está haciendo, y dar un tiempo para conectarse al presente, no sólo ayuda a mejorar nuestro bienestar sino también a enfocarnos en lo que realmente importa. Mejora el rendimiento y genera lazos emocionales más saludables.
La práctica del mindfulness no es sencilla, es necesario persistir para poder generar una rutina diaria y saludable. El sólo darse un tiempo para sólo respirar y dejar que nuestra mente fluya, nos permite recuperar energía y así seguir avanzando hacia el logro de las metas propuestas.
Empecemos a crear rutinas saludables y generemos mayor motivación y bienestar en lo que realmente es importante.
Lic. Melissa Hernández Sánchez
Psicóloga y Coach de la ICC
Psicoterapeuta Cognitivo Conductual y de Esquemas
mhernandez@coachinghaciaelcambio.com